viviseccion
Vivisecion
En cierta medida es comprensible que hace siglos algunos científicos pensaran erróneamente que los animales no-humanos eran un modelo para las enfermedades y el estudio del cuerpo humano sano. Hoy en día sabemos que esto no es así en modo alguno debido a las divergencias fisiológicas y bioquímicas entre las distintas especies, e incluso entre individuos de una misma especie.
Actualmente, nuestros conocimientos nos exigen reeducar nuestra mente y actitud frente a la Ciencia, para hacerla más fiable y válida (para nuestro beneficio y el de los animales no humanos). Por ello, no tiene sentido el tan utilizado chantaje emocional, pidiéndonos que elijamos entre nuestro perro y nuestro hijo, ya que de lo que se trata es de elegir entre buena y mala ciencia.
Una buena parte de las pruebas en animales corresponde a investigación en cosmetología, que no es obligatoria (de hecho la comercialización de productos cosméticos testados en animales será prohibida en la UE a partir del 31 de diciembre del 2004). Otro gran porcentaje de la experimentación en animales se dedica a la industria bélica, este tipo de experimentos, como puede imaginarse, son especialmente crueles.
La ley de la vivisección subyacente a todos estos experimentos es el siguiente absurdo: “Lo que se demuestra hasta cierto punto, se demuestra en su totalidad”.
Las diferencias entre seres enunciadas por Hipócrates se confirman incluso de madre a hijo, de un sexo a otro, y, con más razón, de una especie a otra. Cada especie animal (e incluso cada individuo) posee un sistema inmunitario cuya función radica en la eliminación de posibles patógenos, células cancerígenas, etc. Esto implica que existe una susceptibilidad entre especies (o individuos) diferente frente a las infecciones por microorganismos (como ejemplo claro podemos recordar las miles de muertes que causaron los virus de los colonos españoles en los indígenas americanos, quienes no estaban inmunizados, por poner un caso, frente a la gripe).
Estas diferencias en el sistema inmunitario explican las reacciones de rechazo en los transplantes y, especialmente, en los xenotransplantes (entre diferentes especies). Recordemos que, a pesar de los millones invertidos en la manipulación genética del sistema inmunitario de animales para crear transgénicos, y los experimentos consistentes en transplantar hígados de babuíno a cerdo, todos han acabado en fracaso.
Determinados animales utilizados para la investigación toleran sustancias nocivas o mortales para el humano, pero mueren o enferman con las que son inofensivas para nosotr@s. Ejemplo: los gatos metabolizan tan lentamente la aspirina que les resulta muy tóxica, las ratas no sintetizan la vitamina C, la penicilina es mortal para las cobayas, pero éstas, al igual que los pollos y los monos, pueden consumir grandes dosis de estricnina que mata a los humanos. Otro ejemplo: la digitalina, tan beneficiosa para los enfermos del corazón, fue declarada tóxica en 1.911 a raíz de experimentos en animales; el cloroformo es tóxico para los perros; una dosis de atropina, suficiente para matar a un ser humano, es insuficiente para conejos y cabras. El arsénico no daña a las ovejas, pero las almendras pueden matar a zorros y pollos; la morfina anestesia y calma al ser humano, pero excita violentamente a gatos y a ratones. Etc. Estos ejemplos denotan la falta de fiabilidad y validez de los datos extraídos de diferentes especies animales, ya que en última instancia hacen del ser humano la cobaya final. Las diferencias entre especies nos confunden y apartan del camino científicamente correcto a seguir para desarrollar fármacos adecuados y pueden llegar a que se lancen al mercado fármacos perjudiciales o letales para los humanos (recordemos el ejemplo clásico de la talidomida).
factor de error: mantenimiento y sufrimiento de los modelos
Los animales utilizados en la experimentación no pueden ser modelos fiables debido a las condiciones artificiales, tanto de su mantenimiento y estabulación, como de las causas provocadas que los llevan a enfermar. En el laboratorio, los animales están privados de espacio, de luz natural, de vida social y son torturados, frecuentemente unos a la vista de los otros, de manera que los desequilibrios fisiológicos provocados por esta mezcla de ansiedad, dolor y terror necesariamente altera de manera muy poco científica cualquier resultado obtenido por estos medios.
Animales utilizados y áreas de investigación
Cientos de millones de animales son torturados reiterada e incesantemente en laboratorios de todo el mundo cada año. En España dicha cifra se estima en torno a 700.000 individuos. Muchos proceden de entornos salvajes, pero también de criaderos o perreras. Las especies comúnmente utilizadas en laboratorios de todo el mundo son:
- Ratas, ratones, cobayas, hamsters, conejos. En experimentos sobre: colesterol, afecciones cardiacas, cáncer, trombosis, pruebas de toxicidad, LD50, Test Draizé de irritabilidad de ojos, defectos de nacimiento.
- Primates (balbuinos, chimpancés). Usados principalmente en investigación de defectos de nacimiento, hepatitis B, ortopedia, SIDA, estudios dentales, hipertensión, reproducción, poliomielitis, vacunas y en investigación militar.
- Perros (especialmente beagles), gatos incluyendo crías y caballos: en cirugía, en medicina, en pediatría, neurología, urología, ginecología y veterinaria.
- Ovejas y cerdos. En medicina e investigación militar (radiación, armas químicas…), xenotransplantes, ingeniería genética, clonación. También se utlizan anfibios y peces para la investigación.“Ahora, cuando las nuevas investigaciones han permitido progresos reales y han demostrado ampliamente el carácter no científico de la vivisección, cabe preguntarse por qué la gente se empeña aún en utilizar animales en los laboratorios”. (Dr. L.Franken)
¿Por qué continúa la experimentación con animales?
Existen inmensos intereses económicos en la vivisección, que mantienen una inercia a que las cosas sigan como están. La industria farmacéutica es una de las más poderosas del mundo. Todos los sectores implicados, como doctores que basan sus carreras en experimentos con animales, suministradores de animales, constructores de material experimental, además de las propias compañías farmacéuticas, ejercen todo su poder para impedir que las cosas cambien. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud reconoce como esenciales sólo unos 240 medicamentos, existen decenas de miles de ellos en el mercado mundial.
Comentarios
Publicar un comentario